jueves, 11 de septiembre de 2008

La participación ciudadana


Pocos términos se usan con más frecuencia en el lenguaje político cotidiano que el de participación. Y quizá ninguno goza de mejor fama. Aludimos constantemente a la participación de la sociedad desde planos muy diversos y para propósitos muy diferentes, pero siempre como una buena forma de incluir nuevas opiniones y perspectivas. Se invoca la participación de los ciudadanos, de las agrupaciones sociales, de la sociedad en su conjunto, para dirimir problemas específicos, para encontrar soluciones comunes o para hacer confluir voluntades dispersas en una sola acción compartida. Es una invocación democrática tan cargada de valores que resulta prácticamente imposible imaginar un mal uso de esa palabra. La participación suele ligarse, por el contrario, con propósitos transparentes − públicos en el sentido más amplio del término − y casi siempre favorables para quienes están dispuestos a ofrecer algo de sí mismos en busca de propósitos colectivos. La participación es, en ese sentido, un término grato.
Sin embargo, también es un término demasiado amplio como para tratar de abarcar todas sus connotaciones posibles en una sola definición. Participar, en principio, significa "tomar parte": convertirse uno mismo en parte de una organización que reúne a más de una sola persona. Pero también significa "compartir" algo con alguien o, por lo menos, hacer saber a otros alguna noticia. De modo que la participación es siempre un acto social: nadie puede participar de manera exclusiva, privada, para sí mismo.

¯ La promoción de la participación de la ciudadanía en los procesos de toma de decisiones, a fin de ejercer y consolidar la democracia política y social en el ámbito local.
¯ ¿En que puedo participar?
Se requieren Ciudadanos que sean capaces de dialogar en medio de las diferencias, que sean capaces de aceptar que la verdad se conquista paulatinamente mediante el ejercicio de escuchar la verdad de los demás.
Apoyando al gobierno federal o estatal en las tareas de la realización de los comicios electorales:
Aceptando cuando lo llamen como:
- Presidente
- Secretario
- Escrutadores
- Observadores ( por decisión propia)
Participando votando el día de la elección para escoger a los candidatos que creamos capaces para llevar a un buen gobierno para el pueblo y para nosotros mismos.
¿Que es la participación ciudadana para la construcción del bien común?
En primer lugar un reconocimiento a los que no están llenos de si mismo, a los que con su trabajo cotidiano no han colocado la búsqueda del prestigio del poder o del dinero como el centro de su vida.
Necesitamos participar para escoger a los candidatos idóneos para que nos den mejores leyes, mejores obras para una mejor calidad de vida.
Y no podría entenderse, en consecuencia, sin tomar en cuenta esos dos elementos complementarios: la influencia de la sociedad sobre el individuo, pero sobre todo la voluntad personal de influir en la sociedad.
Aunque el entorno político sea el más estimulante posible, y aunque haya un propósito compartido por la gran mayoría de la sociedad en un momento preciso, habrá siempre quienes encuentren razones más poderosas para abstenerse que para participar. Y aun en medio de la participación puesta en marcha, algunos aportarán más esfuerzo, más tiempo o más recursos que los demás. De modo que a pesar de las buenas credenciales del término, la participación tampoco está a salvo de
los defectos humanos: del egoísmo, del cinismo, de la enajenación de los individuos. De aquí el primer dilema que plantea el término: no todos quieren participar aunque puedan, y no todos pueden hacerlo aunque quieran.

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