lunes, 22 de septiembre de 2008

Albañiles de narcotúnel, los de La Marquesa



Ni pelones ni zetas ni policías ni sicarios ni narcomenudistas: los 24 ejecutados de La Marquesa eran albañiles de comunidades pobres que habían construido un narcotúnel en Mexicali para el cártel de Sinaloa, según avances de las indagaciones hechas por la PGR sobre la matanza ocurrida hace una semana en Ocoyoacac, la mayor que se recuerde en México.

El pasado 2 de septiembre una operación especial encabezada por agentes estatales detectó en la capital de Baja California un túnel clandestino de seis metros de profundidad y 150 de longitud que conectaría con Estados Unidos; la obra mide metro y medio de diámetro y contaba con sistemas de iluminación, ventilación y aire acondicionado, además de elevador.

La construcción, perfilan las investigaciones, fue hecha por la mayoría de los 24 hombres asesinados. La ejecución colectiva fue en represalia porque algunos habrían revelado “los trabajos especiales” hechos en la frontera norte en los últimos meses, indican los primeros avances de la averiguación previa PGR/SIEDO/UEIDCS/302/2008.

Gran golpe sin apoyo de EU

Aunque en la opinión pública no tuvo gran repercusión el hallazgo de este pasaje ilegal, en las corporaciones policiacas fue considerado como un gran golpe contra la delincuencia organizada, debido a que el de Mexicali fue el primer narcotúnel detectado por las autoridades mexicanas sin apoyo de agencias estadunidenses. Además de inmovilizar el pasaje, las autoridades detuvieron a ocho hombres de Sinaloa y Jalisco que lo custodiaban.

El costo del subterráneo fue calculado en un millón de dólares, a lo cual se sumarían las pérdidas económicas que dejó para los traficantes el descubrimiento del sitio, que permitía el tráfico ilícito hacia California, la entidad con el mayor número de consumidores de droga a escala mundial.

El levantón en la vecindad

Después de trabajar en la frontera entre Mexicali y Caléxico, los albañiles asesinados llegaron a vivir a la colonia El Olivo, en Huixquilucan, Estado de México, donde consiguieron trabajos en obras de construcción que también son investigadas por las autoridades.

La madrugada del 10 de septiembre, una semana después del hallazgo del narcotúnel, los albañiles, quienes vivían amontonados en nueve cuartos de una paupérrima vecindad, fueron sometidos y llevados a la fuerza en camionetas por hombres vestidos de negro y armados.

Algunos vecinos entrevistados cuentan que oyeron y observaron lo sucedido, pero pensaron que se trataba de un operativo policial, cuando en realidad eran integrantes de la delincuencia organizada los que se llevaban a los trabajadores, mediante un levantón.

La matanza en el paraje

Al amanecer del 12 de septiembre, en el paraje La Loma, un predio que forma parte del sendero que recorren los peregrinos del Señor de Chalma, los 24 albañiles fueron asesinados con pistolas calibre 9 mm. La hipótesis de las autoridades es que la matanza ocurrió entre las 4 y 6 de la mañana de ese día; los albañiles iban siendo liquidados uno por uno por los sicarios, quienes podrían haber tratado de obtener información sobre los delatores del narcotúnel.

Las fotografías tomadas en la escena del crimen por los servicios periciales muestran los cuerpos maniatados y vendados de jóvenes de tez morena, con cabello corto y ropas modestas, asesinados de un tiro en la cabeza.

En la marejada de hipótesis iniciales, el primer dato que desconcertó a los agentes asignados al caso fue que los hombres asesinados hubieran sido albañiles originarios de rancherías de Oaxaca, Hidalgo, Veracruz y Puebla, lugares donde es común que lleguen contratistas que buscan “mano de obra barata” para trabajar en la construcción en diversas ciudades del país.

Durante los primeros días de la indagación, los agentes empezaron a descartar que los asesinados hubieran sido sicarios o personajes importantes en la estructura del crimen organizado. Las hipótesis iniciales indicaban la posibilidad de que los albañiles se hubieran visto inmiscuidos de manera circunstancial en un asunto del narco, como hallarse frente a recursos o cargamento de droga.

El cruce de datos

Las investigaciones después del hallazgo del narcotúnel llevaron a que se descubriera el hilo entre ambos sucesos, luego de que las autoridades de Baja California recibieran información de que los albañiles que lo habían construido eran los asesinados de La Marquesa. Aunque la versión preeliminar indica que los albañiles habrían acudido por su voluntad a trabajar en la construcción del narcotúnel, familiares de dos declararon que sus parientes fueron llevados a Mexicali sin el conocimiento de la obra en la que trabajarían y, una vez ahí, retenidos por la fuerza.

Las líneas pendientes

Esta es una de las múltiples dudas que quedan pendientes en la línea de investigación. Las otras giran en torno a la posible participación de la mitad de los albañiles en la construcción del narcotúnel, mientras el resto habrían sido levantados y asesinados por encontrarse en el lugar y momento equivocados, según lo determinan los azares del narco.

La otra duda es la posibilidad de que la matanza de los albañiles se hubiera hecho también para evitar que fueran detenidos por las autoridades y revelaran la existencia de otros narcotúneles o construcciones que, eventualmente, pudieron haber hecho para el crimen organizado.

México/Diego Enrique Osorno


FUENTE: http://www.milenio.com/guadalajara/milenio/nota.asp?id=656232

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